27 septiembre 2011

no pienses

siento que todo se me cae encima, que un techo de hormigón se viene abajo y yo, inmóvil, ajena a todo, observo a cámara lenta cómo se van formando las grietas y empieza a caer el polvo denso y gris sobre mis hombros. al mismo tiempo, como por armonía natural, un gran pasto se abre ante mí, flotando, levitando, haciendo brotar tallos altísimos, verdes y fuertes, como de caña, muy rápidamente, en cuya punta se erige una amapola roja enorme con un ojo dentro, que me mira fijo.
¿quién diría que bajo la oscuridad de esta angustia podrían nacer criaturas tan frágiles y fuertes como la cuerda que amarra el bote al puerto?
qué noble es tenerte, qué ignorante soy a cada minuto que pienso. te pienso. no sé, ni me preocupa, la cantidad de litros que lloraré como la niña que soy. tampoco me importa saber cuántas veces esconderé mis sentimientos dentro de una sonrisa dibujada en el espejo del baño. siempre te gusta cuando me pinto los labios de rojo, cuando me siento sobre tus piernas y luego te prohíbo que me beses.
parece una historia de amor cualquiera, que nunca acaba de contarse ni de meterse en mi realidad, entre mis pies y la punta de mi nariz.

¿puedes tocarme?

No hay comentarios:

Publicar un comentario