a veces me dices
que soy como un gato
a la orilla del tejado
caminando por el borde
mirando hacia abajo.
a veces sabes
que me gusta el peligro
que si alguien soplara
me caería siempre
de patas parada.
a veces abres la ventana
me ofreces un hogar
casi me retienes
pero huyo
por encima de los árboles.
a veces, entre susurros,
a punto de dormirme,
llega tu aliento caliente
a mis orejas frías:
''a veces eres como una metáfora de ti misma''.