17 junio 2011

aeropuertos

dos días después de la mitad del primer año, aquí estoy, en la sala de espera de algún aeropuerto del norte, preparada para otro regreso perdido, encadenado a una bienvenida en los brazos de la noche.
por un momento dejé de escribir, de pensar, de respirar. sólo arrancaba hierba del suelo, a manos llenas. pero sonó el teléfono y al contestar, volvieron a tocar la melodía de siempre, esta vez con dedicatoria especial (y amenazante). así que he vuelto. sólo para seguir diciendo nada diciéndolo todo.
nunca cambiaré mis sonrisas y mis canciones por nadie. ya es una certeza. siempre lo fue, pero ahora, unos minutos antes de subir a uno de estos trastos voladores, se reafirma por sí sola como si tuviera vida propia.
les dejo atrás, me duelen. me duele la mano que no abraza, que no comparte. me gusta el fondo del corazón que sin embargo, le protege. me deshago de todo mi viaje hacia el fin de ninguna parte y, sin querer, sin esta vez pedirlo, me encuentro en medio del mío, sorprendentemente sorprendida.
'tráteme de usted que yo ya tengo un préstamo que pagar y unos hijos que alimentar'. mejor no me trate. manténgase al margen de una pompa de jabón que flota en la eternidad.

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