29 abril 2011

apariencias

varias sincronías en una misma sala. ¿hasta cuántas puedo contar en un mismo momento?

aquella chica del fondo que pide un beso a gritos, apretujada entre la ventana y la luna, nostálgica, no deja de observar al joven, todo él centro de la fiesta, cobrador de risas artificiales, que taladra con sus chistes improvisados el calmado oído de su amiga preferida, la de sonrisa vertical y complaciente. aquella que, diz sin querer, desnuda sus pies bajo la mesa y deja resbalar sus dedos, muy suavemente, por los tobillos de aquel afortunado caballero amado por su buena fama y poca inteligencia. 'definitivamente el dinero da la felicidad' es el pensamiento que tan encarcelariamente marca los minutos de vida de su bella esposa. mujer atormentada por la falta de valor para muchas cosas en esta vida, entre algunas, para declarar su amor platónico al hombre que hoy la mira sin hablar, apoyado en el marco de la puerta, sosteniendo su pipa, jugando a rodear con aros de humo las muñecas de esa jovencita. ella, sin embargo, sólo tiene ojos para aquel chico del fondo, el que parece tan embutido en su mundo que sólo existe para nadie.

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