08 febrero 2012

zanahorias nocturnas

eres natural,
como la cuerda que ata mis manos,
oyendo el pájaro que trina
al son de las carretas de verano.
simplemente escucha el canto
de mis pies descalzos,
caminando por las memorias
de tu soledad,
desde la ventana lejana,
comía yo zanahorias.
ahora escucho el canto, natural,
mientras intento olvidar,
esa onda que tu pelo grabó
en mi voz,
tiritando el calor del zócalo;
pulsión de gente, lejana, mía,
mío, trinando por la ventana.

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