los ojos cerrados,
el vientre hinchado.
dos lágrimas caen,
recorriendo,
vistiendo mi desnudez.
suena el grito interno,
abochornado,
de alguien
humillado,
desencajado,
informe y oxidado.
las flores de la ventana
se secaron.
esta noche
la luna no salió.
los niños
ya no están en las calles.
mis manos
no se reconocen frente a ti.
la pesadez de mi ombligo
se desploma.
mis piernas
deshacen el camino.
las muñecas
no tienen expresión.
las manos jóvenes,
que arrugan los pensamientos
nefastos,
entre los dedos,
los sustos continuados.
se me escapa una gota de vida,
inexorable,
inatrapable,
inadvertida... mente,
me hace daño,
me cruje,
me observa,
me penetra...
historias inadvertidas,
que dejan lapsos irreales,
fantasmagóricos,
incesantes,
en la memoria
de una vieja guitarra,
que nadie quiere agarrar,
que ya nadie quiere tocar.
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