19 mayo 2011

bruxa

cae el sol, las telarañas gritan y un gorro picudo se adueña de mi cabecita loca. agarro mi escoba de caña y comienzo a volar tan alto que las estrellas me quedan abajo de los pies, mientras la brisa va ondulando mis cabellos blancos. es sólo cuando anochece, en los últimos días de verano, que mis brazos se alargan para poder alcanzarte. mientras, en invierno, canto canciones de desamor para ahuyentar el frío de tus sueños. recuerdo que una noche hice sonar una flauta mágica y ahí quedó aprisionada la pobre canción. confío que algún día puedas despertar y escucharla.

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