19 abril 2011

sopa maravilla

deshechos racionales tirados por las calles de la ciudad. vagan sin orden pero con el privilegio de la soledad aturdemoscas. cabezas pensantes de unos mundos no muy lejanos a los míos, que se callan por no haber bocas que pregunten. sólo están ahí. sólo me recuerdan a mí. nadie los necesita si no es para repudiarlos y engrandecer su enfermedad bien programada, cuando entran a la gran plaza y luego salen con plásticos en las manos.
manos de colores, de tacto frío, limpias de mugre y sucias de conciencia.
los ciclos se crearon para repetirse.

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